EL VIAJE A LA FELICIDAD.
EDUARDO PUNSET.
Iniciemos este viaje juntos hacia el misterio de la
felicidad.
Sin emoción no hay proyecto que valga.
La neurociencia ha
estado estudiando cual es la fuente de la felicidad, para ello hay que
adentrarse a los misterios del cerebro. La felicidad es un estado emocional
activado por el sistema límbico, en especial en la amígdala. Esto es un
descubrimiento muy reciente, ya que en el siglo pasado la gente no tenía una
esperanza de vida muy amplia, por mucho llegaban a los 35 años, por lo que el término "felicidad" quedaba
asignado para un después de la vida, y estaba más íntimamente relacionado con
los dioses. Perdiéndose así el humano de grandes experiencias, se olvidaron que
hay vida antes de la muerte.
En las últimas
décadas ha habido una gran revolución científica y la esperanza de vida se ha
ampliado casi 40 años, tiempo suficiente para replantearse qué es la felicidad.
En palabras de John Maddox "cada
descubrimiento, al mejorar nuestros conocimientos actuales, también agranda las
fronteras de nuestra ignorancia"
ahora los agujeros negros de la ciencia se vuelven cada vez más amplios, por
ejemplo ¿Cuál será la esperanza de vida del ser humano en unos años? ¿Estamos
solos en el universo? ¿Qué cambios genéticos nos han convertido en humanos?
¿Qué provoca el Autismo?.
El aumento de la
infelicidad en el mundo de hoy se podría
explicar con una inversión excesiva de bienes materiales, la sociedad moderna
ha invertido demasiado en coches, equipos digitales y poco en valores intangibles
como el compromiso con los demás o en la felicidad.
Nuestro cerebro
sigue teniendo la misma estructura reptiliana
responsable de las emociones básicas para sobrevivir y la amígdala como gestor y responsable de las emociones,
pero para el cerebro muchas veces la novedad no es bienvenida, el terror a
adaptarse a nuevas reglas de juego, el
pánico a perder el control de una
situación , la inercia de la costumbre y la tradición y la historia se alían
para poner obstáculos a la innovación y al cambio. Maurice Thorez decía
"hay que colocarse delante de las masas, pero no demasiado adelantado para
no encontrarse solo y gesticulando"
LA DESATENCIÓN CIEGA
Hay un principio que
caracteriza a los humanos y es la desatención ciega relacionada con la
fisonomía: en nuestro sistema de percepción visual, es decir, vemos lo que
esperamos ver, tal es el experimento del gorila
de Daniel Simon en la universidad de Illinois, donde se cuentan los
números de pases de un balón. La mayoría de las personas, a diferencia de los
autistas no ven los detalles; solo les importa el conjunto o la idea que se
tienen de las cosas. ¿Cuántas veces no hemos oído "solo se fijan en el
árbol y no ven el bosque completo"? Es un comportamiento que puede ser muy
productivo para determinados fines, pero nefasto para el viaje a la felicidad,
pues resulta imprescindible
diferenciar los detalles del
conjunto y visualizarlos.
En la pareja se
observa al mismo fenómeno ante una gran hecatombe psicológica como la infidelidad, la cual
sacude los cimientos de la vida de la
pareja y del proyecto de futuro . Se
llega a activar un sistema inmunológico psicológico de defensa ante la amenaza de destrucción de
un proyecto en común, contrario a lo que ocurre cuando con las molestias cotidianas ante descuidos
en los detalles, donde no se activa ese sistema de defensa, pero se perdonan
porque el impacto es tan mínimo que pasan desapercibidos.
Sapolsky menciona
que el amor y el odio son tan afines, que en el caso de dos amantes no podría
dictaminar si estaban haciendo el amor o
acuchillandose. Esto porque los humanos tenemos emociones mezcladas, cosa de la
carecen los animales. Un perro es leal, porque es el incapaz de mezclar
emociones distintas.
Según los
especialistas, tenemos la capacidad de descubrir el funcionamiento de los sistemas complejos, pero no la
utilizamos.
LA SEDE DE LAS
EMOCIONES.
Por medio de las
técnicas modernas de resonancia magnética se han logrado identificar las zonas
cerebrales donde se activan la percepción, un sentimiento y una emoción. Todo
ello sucede en nuestro cerebro primitivo o reptiliano, conocido también como
sistema límbico, que incluye el hipocampo, el tálamo y la amígdala. Esta última
es la principal intermediaria de las emociones.
Si antes no sabíamos
nada de las emociones, ahora sabemos que sin ellas no tomaríamos ninguna
decisión. Ellas son las que inclinan la balanza hacia un lado o hacia otro.
Todo inicia con una emoción. Sin emociones no habría proyectos.
Todo organismo
inteligente tiene la necesidad de usar sus emociones, sin ellas no habría
evolución. La neurociencia ha descubierto que existen dos canales de
decisiones: uno lento y preciso y otro rápido y turbio. El lento se basa
esencialmente en la lógica y el rápido y turbio en las emociones.
FACTORES INTERNOS.
Uno de los factores
que germinan dentro del ser humano y que
es considerado un problema de salud mental y como el menos controlado y el más
destructor de todos es la depresión, factor interno que causa la infelicidad, ya lo menciona el
pintor Edward Munch "A los
homínidos les basta con imaginar la infelicidad para ser infelices".
Los seres humanos
procesamos información de forma instintiva, un ejemplo de ello es el miedo, el
cual está casi indeleble en nuestro
cerebro y estos miedos pueden estar almacenados desde la infancia y duran para
siempre.
Existen conexiones
neuronales que van de la parte más desarrollada del cerebro (la córtex) hacia la parte inferior de la amígdala (la
reptiliana) y una vez que se ha enchufado la emoción es muy difícil
desenchufarla mediante el pensamiento lógico, por lo que se hace muy complejo
controlar la emociones.
Existen lo que se
llaman "marcadores somáticos" que son el repertorio de
aprendizajes y emociones que se han
adquirido a lo largo de la vida y se utilizan instintivamente para tomar
decisiones. Este bagaje emocional tiñe de forma determinante la forma en que
percibimos el Universo.
Después de varios
estudios se sabe actualmente que la depresión es una de las enfermedades
mentales que impiden el logro de la felicidad. El miedo tiende a ir de la mano
con una sensación de ardor en el estómago y rigidez de músculos, la rabia por
una subida de energía excesiva y temperatura corporal elevada. Lo importante es
que el ser humano tenga un dominio de su parte prefrontal del cerebro, pues es
ahí donde puede tener dominio de sus emociones y moderar su respuesta ante
ciertos estímulos emotivos.
El cerebro tiene
algunas limitaciones, entre ellas el hecho de que este dentro del cráneo, es
decir, está a oscuras, no conoce el exterior y para eso hace uso de otros
órganos como son los ojos (con defectos oculares) de los oídos o de las células
gustativas. Por el simple hecho de estar a oscuras el cerebro debe tener la
sensación de tener todo controlado, pero hay momentos en que se pierde el
control y es cuando se hace presente la infelicidad o la depresión. A los
homínidos les basta con pensar que les va a ir mal para pasarlo mal.
FACTORES EXTERNOS
Las emociones las
hemos inventado, así como las matemáticas y en las aulas tiene un impacto
mayor. En las escuelas nos hemos dedicado a fortalecer la competitividad entre
los alumnos. Se compite por una calificación, por ser el popular, por ser el
mejor, por un examen, incluso con los del mismo grupo de amigos. Los alumnos se
comparan unos con otros, y esto causa frustración en aquellos que no lo logran.
Les cuesta trabajo aprender a colaborar en las tareas en un bien común.
Pero el hecho de
quitar los exámenes impedirá que los alumnos sigan compitiendo, es necesario
hacer modificaciones drásticas a nuestro sistema educativo, es necesario que se
fomenten valores de cooperación y se aprenda a confiar en el resto, es mejor
colaborar que competir.
MITOS:
Se cree que hay una estrecha relación entre
trabajo y felicidad. Puede ser un lugar donde se desarrollen sus capacidades y
se ejerza control y liderazgo o un lugar donde peor se la pasa la gente y
llegue a odiar, hasta llegar al estrés y frustración. Hay muchos trabajos donde
no se trabaja en equipo, llenos de gente tóxica contagiando su incapacidad para
trabajar y los niveles de felicidad se ven seriamente afectados.
Otro mito es que
entre más salud tengas, más feliz eres. Mucho gente da por sentado tener una
excelente salud y no por ello sentir sus niveles de felicidad elevados o al
contrario, hay personas que tiene su salud muy deteriorada y recuperar su estado anímico. La salud, solo
depende de la jerarquía social que se maneje.
En cuanto a la
familia, se cree que por formar una se es más feliz. Después de analizar
estudios realizados se ha llegado a la conclusión que el hecho de cuidar niños
es estresante, aunque se piense que los niños son la alegría del hogar. Tal vez
que desear tener niños es idealizado con altas expectativas generadas y el
cuadro de la realidad no es tan positivo. También en lo que se refiere al
divorcio se ha llegado a la conclusión que el hecho de dejar a la pareja no
reduce los síntomas de depresión ni mejora la autoestima en comparación con los
que siguen casados.
El dinero no es un
motor de la felicidad, en la medida que crece el poder adquisitivo, también
crecen los niveles para buscar el sentir más y más placer. El poder adquisitivo
no es símbolo de felicidad, incluso puede afectarla gravemente.
Como conclusión,
pudiera que el desorden no estuviera en el Universo, sino que la ignorancia
impide aquilatar todavía de qué manera se fragua el orden.
Vienen unas
preguntas obligatorias ¿Qué hace que una persona sea feliz? ¿De qué recursos
dispone el cerebro que la medicina podría utilizar? ¿Cuántos tipos de placer
hay?
CREATIVIDAD
A mayor
desinhibición mayor creatividad. Es sabido después de algunos experimentos que
las artes plásticas, la comida, el sexo, y las drogas generan un sentimiento de
bienestar. La música por ejemplo actúa
sobre el sistema nervioso central aumentando los niveles de endorfinas, así
como otros neurotransmisores como la dopamina que dan motivación y energía ante
la vida, produciendo alegría y optimismo, disminuyendo el dolor estimulando los
sentimientos de gratitud y satisfacción existencial. Las sustancias químicas
que se generan al oír música capacitan al cuerpo para producir sus propios
anestésicos y mejorar la actividad
inmunitaria.
La estimulación de
la música aumenta la liberación de endorfinas
y disminuye la necesidad de medicamentos. También es un medio para
distraerse del dolor y aliviar la ansiedad.
Algunos ejemplos de
alejarse de las propias limitaciones y viajar hacia la felicidad, pudiendo
regresar sin peligro y sin efectos secundarios seria el contemplar el mar
tempestuoso a bordo de una barco, acariciar las curvas de la Maja desnuda,
descansar a la orilla de un mar soleado. Las drogas prometen algo parecido,
pero sus efectos no se controlan, es un
viaje peligroso y amenazante que deteriora nuestro cerebro de forma
irreversible.
LA FORMULA DE LA FELICIDAD
Un gran desafío es resumir todo el viaje a la felicidad en una fórmula matemática.
El sistema educativo deberá enseñar a los niños que el primer paso en la búsqueda del bienestar radica en aligerar los factores reductores, lo que no han desaprendido todavía, la influencia nefasta del adoctrinamiento grupal, el grado de desconfianza en los procesos automatizados y en qué medida el miedo emocional supera las exigencias del estado de alerta, necesario para la superviviencia. Para completar su carácter participativo en el sistema político y su disponibilidad a imaginar el bienestar futuro y no sólo situaciones de estrés.
Las emociones exigen adentrarse en su conocimiento y controlarlas una por una. Mediante ejercicios prácticas el niño debe saber ponerse en el lugar del otro, a empatizar, a aprender a ver el bosque y el detalle de cada uno de los árboles. Sin emociones no hay nada.
Al jugar al escondite, evaluará que los momentos más felices y creativos fueron los de búsqueda, se darán cuenta del impacto de la comunicación y de la vida social. Tendrán la formula de la felicidad en su memoria a largo plazo y para siempre.
Y sera entonces, cuando estén preparados para adentrarse al estudio de las demás ciencias del conocimiento como la gramática, las matemáticas, la música, el arte.
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